Ucrania

El ministerio de Transformación Digital ucraniano puede adjudicarse varios logros desde el comienzo de la invasión rusa: gracias a la ola de solidaridad con su causa que se ha desatado en todo Occidente, su titular Mykhailo Fedorov, armado sólo con su cuenta de Twitter ha logrado cosas como que Google acepte censurar a los medios públicos rusos en YouTube y la Play Store, o que Elon Musk decida activarles el Internet satelital de su servicio Starlink.

Ahora, Fedorov ha querido ir un paso más allá, y ha pedido (esta vez vía email, no por Twitter) a la ICANN que tome una serie de medidas destinadas, fundamentalmente, a desconectar a Rusia del Internet global. Bill Woodcock, CEO de PCH (la organización internacional responsable de proporcionar soporte operativo y seguridad a la infraestructura crítica de Internet), ha explicado en un hilo de Twitter cuáles son y por qué le parecen una idea terrible.

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La ICANN (Corporación de Internet para la Asignación de Nombres y Números) es la entidad internacional sin ánimo de lucro encargada de gestionar la asignación de nombres de dominio, ha recibido del gobierno ucraniano tres peticiones muy concretas de las autoridades ucranianas:

Eliminar los TLD o extensiones de dominio asignadas a Rusia de la zona raíz de los servidores de nombres. A efectos prácticos, esto lograría que los servidores web y de correo rusos vinculados a dominios .ru, .??, .??? y .su dejaran de estar disponibles fuera de la Federación Rusa (e incluso, dependiendo de la configuración, también para los usuarios de algunos operadores rusos).

Al margen de lo que decida la ICANN, el operador de dominios y proveedor de hosting Namecheap ya ha advertido a sus usuarios rusos que busquen otra compañía para registrar sus dominios.

  • Desconectar los servidores DNS dentro de Rusia, dependientes también de la ICANN, lo que complicaría extraordinariamente la conectividad dentro de la propia Rusia. Aunque, dado que los sistemas gubernamentales y militares cuentan con salvaguardas para casos así, tan sólo afectaría a los ciudadanos de a pie.
  • Revocar las delegaciones de direcciones IP a las redes rusas, rompiendo así la seguridad RPSL y RPKI que protege su enrutamiento, facilitando que los usuarios (de nuevo, no los que operan dentro de redes del Gobierno) queden expuestos a ataques de intermediario o MITM, que podrían revelar sus contraseñas y credenciales bancarias.

Nada de esto tendría un impacto relevante sobre el gobierno o el ejército rusos, que ya se prepararon para una situación así durante un simulacro masivo realizado el pasado mes de julio.

A corto plazo, el plan de Ucrania tendría el único efecto de complicarle la vida a los ciudadanos rusos, además de dejarlos desconectados de las noticias y de sus contactos del exterior. «Esa no es una gran manera de disminuir el apoyo público ruso a la guerra», opina Woodcock.

«A largo plazo, esto sentaría el precedente de que pequeñas asociaciones de la industria radicadas en Los Ángeles y Ámsterdam empezarían a actuar como árbitros en conflictos internacionales y a jugar con los dominios Internet asignados a países supuestamente soberanos».

«Y si eso sucediera, muchos más países además de China y Rusia se separarían del Internet de consenso común que nos permite a todos hablar entre nosotros. China ya dio este paso en 2003, construyendo el Gran Cortafuegos[…]».

Rusia ya se lanzó en 2019, como decíamos antes, a crear su propia ‘Runet’, un ‘Internet nacional’ autónomo, y un movimiento de esta clase por parte de una autoridad internacional como es la ICANN no haría más que reforzar sus pretensiones de implementar una política de soberanía digital.

Fuente y redacción: genbeta.com

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