Los objetivos principales de la conciencia de seguridad es reducir riesgos, proteger nuestros datos y los de los demás (si tenemos esa responsabilidad) y generar un impacto positivo en tu entorno. No tiene que ver precisamente con adecuarse a algún estándar o regulación para tener tal o cual reconocimiento. Como todo conjunto de buenos hábitos, es necesario desarrollarlos con tiempo y poner de nuestra parte es esencial para lograrlo.

Lo bueno

De un tiempo a esta parte, las personas cambiaron bastante en relación a actitudes y acciones comunes que uno realiza en su día a día. Casi no es posible estar sin nuestros móviles u ordenadores portátiles, y en consecuencia, lidiamos permanentemente con nuestros datos personales. Tal vez hace 5 o 7 años atrás, tú podrías ser capaz de usar tu móvil o laptop desbloqueado ante cualquier persona o alguien de confianza, hoy en día, no lo harías nunca. Por ejemplo, muchas personas no compartirían claves de cuentas bancarias o redes sociales con nadie, ni con sus padres.

Somos conscientes de que podríamos poner en riesgo nuestros datos personales si los exponemos de semejante forma. ¿Esto qué quiere decir? Cada vez más personas entienden que los datos personales son eso, personales, y por ende, debemos manejarlos adecuadamente para evitar inconvenientes.

Lo malo

Por desgracia, no todas las personas toman a la conciencia de seguridad como algo que puede beneficiar a sí mismos y a los demás a largo plazo. Participan en las campañas de concienciación en el trabajo, en la escuela o universidad, y, además, lo hacen todo de manera correcta. Sin embargo, este entusiasmo por formar parte de estas campañas generalmente está respaldado por algún tipo de interés. Ya sea por algún tipo de premio, compensación o bien, la obligación de cumplir con lo solicitado.

Más allá de haber hecho todo lo necesario a nivel campañas, iniciativas o lo que fuese, debemos adoptar conciencia de verdad. No contar con los mínimos cuidados con nuestros datos personales o los de los demás, con nuestros dispositivos o los de los demás, puede ocasionar prejuicios el día de hoy, mañana o el mes que viene.

No esperes a contar con una propia mala experiencia para poder cambiar tu parecer. Considera a la conciencia de seguridad como un régimen alimenticio o de ejercicios, con pequeñas acciones a diario, puedes marcar la diferencia y prevenir situaciones desagradables.

Lo de siempre

Aunque esto también puede abarcar lo bueno, esto es algo que permanece como tendencia constantemente. Existen múltiples opciones de entrenamientos, iniciativas y campañas de conciencia de seguridad. Para todos los ámbitos y necesidades, es posible contar con una. Las personas son diversas en todo aspecto. Hacen las cosas de manera diferente, nadie lo hace igual. Por ejemplo, el aprendizaje. Existen personas a quienes les resulta más efectivo el mensaje a través de un video corto y otras, que aprenden más efectivamente mediante simulacros de situaciones que podrían darse en la realidad. Un gran ejemplo de esto último es la campaña de phishing en sus distintas formas.

No existen secretos, la conciencia de seguridad va a resultar efectiva si nosotros cambiamos, efectivamente.

Fuente: redeszone.net

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