Sophos (LSE: SOPH) líder global en seguridad para protección de redes y endpoints, ha publicado el informe “WannaCry Aftershock”, un documento sobre lo que ha ocurrido con el famoso malware WannaCry, tras el ataque mundial que comenzó el 12 de mayo de 2017. La investigación de SophosLabs muestra que la amenaza de WannaCry sigue activa, con millones de intentos de infección al mes detectados, y que pese a no haber actualización del malware original sí que existen muchos miles de variantes de corta duración actuando libremente.

La supervivencia de la amenaza de WannaCry se debe en gran medida a la capacidad de estas nuevas variantes para evitar el ‘kill switch’ (sistema de seguridad de emergencia). Sin embargo, cuando los investigadores de Sophos analizaron y ejecutaron diversas muestras, descubrieron que se neutralizaba su capacidad para cifrar datos como resultado de la corrupción del código.

Debido a la forma en la que WannaCry afecta a las nuevas víctimas (comprobando si un ordenador ya está infectado y, en caso afirmativo, pasando a otro objetivo), hace que esa infección mediante la versión inerte del malware proteja de forma efectiva el dispositivo de ser infectado con la cepa activa.

En resumen, las nuevas variantes del malware actúan por error como una vacuna, ofreciendo a los ordenadores aún no parcheados y vulnerables una especie de inmunidad contra el ataque posterior de ese mismo malware.

Fuente: noticias2d.com

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