Los avances tecnológicos han alcanzado niveles inimaginables en esta época contemporánea. A la par, las estafas online también se han especializado y se han transformado. Los delincuentes cibernéticos utilizan métodos de engaño cada vez más elaborados, para que pasen desapercibidos y sean difíciles de detectar por sus víctimas.

Y las formas son muchas, desde correos no deseados hasta la descarga de apps fraudulentas que roban nuestra información personal. En el caso del primero, se estima que al menos el 5’ % de tráfico mundial de correos electrónicos corresponde al spam. Una amenaza latente.

Compra de artículos online

Ahora bien, ¿cuáles son las amenazas más comunes? Pues bien, la compra de artículos online se posicionan en el puesto número uno. Por ejemplo, una práctica muy común consiste en vender productos ‘piratas’ y hacerlos pasar como originales. También entran en esta categoría la compra de objetos que no cumplen con las características con las cuales de ofertó. En todos estos casos omiten información de contacto, de manera que no hay manera de hacer reclamos.

Como recomendaciones, debemos revisar el certificado de seguridad, el uso del ‘https’ en una página web así como el candado de color verde, el cual garantiza que los datos estén cifrados. Hay que constatar la información legal de la empresa, y siempre revisar las opiniones de otros usuarios. Por último, si observamos que las ofertan son anormalmente bajos, hay que tomar las promociones “con pinzas” (Fuente: https://www.hostalpaca.com).

Phishing

Pero no se trata de la única forma de estafa. El phishing ha alcanzado un notable desarrollo en sus distintos modelos de estafa. Pero, ¿en qué consiste este método? A través del phishing, los delincuentes obtienen información confidencial de manera fraudulenta.

El estafador se hace pasar por una persona o empresa de confianza. Por lo general usan correos electrónicos, sistemas de mensajería instantánea, redes sociales o incluso llamadas telefónicas. De esta manera acceden a sus contraseñas, información financiera y demás datos personales.

Dentro de este método de estafa se desprenden otros. Por ejemplo, tenemos el smishing, el cual es el más usado por los hackers, de acuerdo con información de la Interpol. Se trata de un tipo de engaño para obtener información confidencial a través de SMS. Si bien empezó a realizarse desde el 2008, en los últimos tiempos ha crecido, y ha llegado a aplicaciones de mensajería instantánea, como WhatsApp.

Pharming

Otra variante es el pharming. Se diferencia del phishing en que manipula el tráfico de un sitio web para redirigir a los usuarios a sitios maliciosos, similares en su presentación. Una vez allí, descarga un software peligroso, con el que obtendrá datos personales de sus víctimas, tales como sus contraseñas e información bancaria.

Hacker roba datos en múltiples ordenadores y portátiles

Carding

Por último, tenemos al carding. Consiste en el uso ilegítimo de tarjetas de créditos de otras personas para obtener beneficios mediante el fraude. Esta práctica va de la mano con el hacking y el cracking, con los cuales se consiguen los números de las tarjetas.

El proceso se inicia con una llamada telefónica. Un operador solicita a su víctima su número de tarjeta de crédito, o bien con un correo electrónico se pide la información. Los delincuentes cibernéticos suelen realizar compras de manera paulatina, para evitar levantar sospechas.

El carding es uno tipo de estafa online que mayor crecimiento ha registrado en los últimos cinco años. Las tarjetas de crédito son instrumentos muy atractivos para los delincuentes cibernéticos, por lo que la recomendación es, como mencionamos líneas arriba, revisar cuidadosamente el sitio web en el cual nos encontramos para constatar de que se trata del oficial, antes de registrar nuestra información personal y de escribir nuestras contraseñas.

Fuente: nanova.org

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