Los hackers tienen un gran prototipo en la imaginación de la gente, ya que a menudo les representan en el cine o en la TV con sudaderas con capucha mientras escriben códigos secretos de forma compulsiva en algún lugar oscuro.

Pero no todos ellos son criminales, y cada vez más compañías contratan a los llamados hackers de «sombrero blanco» para que se adentren en sus sistemas de seguridad y les muestren dónde están sus debilidades, pagándoles por cada «error».

De hecho, las grandes empresas pueden ser muy generosas si alguien descubre algún bug en sus códigos.

Prueba de ello es que Apple ha ofrecido recientemente una recompensa de 1 millón de dólares a cualquiera que pueda acceder a un iPhone utilizando un método específico de piratería informática.

Business Insider ha intercambiado varios correos electrónicos con dos jóvenes hackers que se hicieron millonarios después de que descubrieran varias vulnerabilidades en distintas empresas.

Santiago López vive con sus padres y se convirtió en el primer millonario de bug bounty (que en español se traduce como ‘cazarrecompensas de Internet’ o ‘hacker de sombrero blanco’)

Santiago López, de 19 años, vive actualmente con sus padres en Buenos Aires. En febrero se convirtió oficialmente en el primer millonario de bug bounty, según HackerOne.

López le dijo a Business Insider que comenzó en este sector a los 15 años, y se ganó su primera recompensa por descubrir vulnerabilidades a los 16. Ganó 50 dólares. Hasta que no le contrataron en HackerOne no pensó que se pudiera dedicar a ello de forma profesional.

«Me di cuenta de cuánto dinero podía ganar a través del hacking ético. La plataforma me dio a conocer varias organizaciones líderes que pagan muy bien por las vulnerabilidades, así que tuve la oportunidad de ganar una pequeña fortuna y hacer una carrera profesional con la caza de recompensas online», dijo.

López ha conseguido ser millonario a través de las propuestas privadas de HackerOne, en lugar de buscar diariamente en los programas públicos de recompensas de bugs.

«Generalmente paso seis o siete horas al día hackeando, así que es casi como un trabajo a tiempo completo», dijo. «Cuando encuentras un error informático es la mejor sensación del mundo».

Santiago ha ahorrado suficiente dinero para comprarse 2 coches (un Peugeot RCZ y un Mini Cooper) y una casa de playa.

«Siempre voy a querer hackear, ya que disfruto mucho el desafío, pero me gustaría ir a la universidad en algún momento y empezar a estudiar. Después de eso, me gustaría crear mi propia empresa dentro del sector de la seguridad», dijo.

«Hackear siempre será una gran parte de mi vida», añadió.

Nathaniel, «Naffy» Wakelam, empezó a hackear cuando era estudiante

Nathaniel Wakelam nació en Australia, tiene 24 años y es el director de Seguridad IT de una consultoría. Sus amigos lo llaman Naffy, y recientemente se ha instalado en Tailandia.

Al igual que López, Wakelam se metió en el hacking cuando era adolescente — pasó la mayor parte de su tiempo hackeando un videojuego para darse una ventaja injusta. «Encontré vulnerabilidades en el juego que me permitieron volverme invisible… duplicar mis ganancias online y moverme a áreas de mapa restringidas», dijo a Business Insider. Aunque prefirió no decir el título del mismo, sí confirmó que era un gran MMO (Massively Multiplayer Online game o juego de rol multijugador masivo en línea, por su traducción al español). Entre los más populares se encuentra «World of Warcraft».

«Más tarde descubrí que lo que estaba haciendo era muy similar a lo que hago actualmente», dijo.

Primero se dedicó al hacking para solucionar sus problemas financieros. «Durante mi primer semestre en la universidad tuve problemas para pagar el alquiler. También trabajaba 5 horas al día durante 5 días a la semana como teleoperador», dijo.

«Después de hacer esto durante un mes, me di cuenta de que era insostenible. Al mismo tiempo, Yahoo acababa de crear su programa de recompensas de errores. Gané 60.000 dólares rápidamente, así que decidí dedicarme a ello a tiempo completo».

Hoy en día, Wakelam trabaja con Riot Games, el estudio de juegos detrás del popular juego «League of Legends», y Verizon.

A diferencia de Santiago, el horario de Wakelam no es fijo. «Cuando no encuentro muchos errores informáticos puedo dedicar tan solo 5 horas a la semana, pero cuando me va bien pueden ser de 30 a 40 horas», dijo.

Wakelam también dijo que no puede imaginarse un futuro para sí mismo sin hackear. «Después de trabajar como consultor y en el negocio de recompensas de errores durante muchos años, me he diversificado y he creado una consultoría de seguridad informática llamada Gravity. Los nuevos desafíos y experiencias que tengo en este sector año tras año me mantienen interesado, y no me veo haciendo otra cosa», dijo.

Fuente: computerhoy.com Artículo publicado por Isobel Asher Hamilton en Business Insider.

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