Hiscox, aseguradora especializada en seguros para empresas y profesionales, ha lanzado la nueva e innovadora calculadora de ciberriesgo, diseñada para ayudar a las empresas a estimar el impacto financiero al que podrían enfrentarse si fueran víctimas de un incidente ciber. La herramienta está pensada para que diferentes perfiles profesionales, como propietarios de pequeñas y medianas empresas, directores de riesgo, mediadores de seguros, o directivos de medianas y grandes empresas, calculen sus posibles pérdidas.

El usuario deberá entrar y seleccionar su perfil, región, sector de actividad y rango de ingresos anuales aproximados de la compañía. Tras completar cada uno de los campos, la calculadora genera un informe de exposición cibernética que podrá ser descargado y compartido. El análisis ofrece resultados sobre diferentes variables como el valor de los datos que posee y gestiona la compañía, los tipos de incidentes cibernéticos potenciales o, el perfil del atacante más habitual para su tipo de negocio y tamaño. El objetivo es que el informe sirva de análisis para las empresas sobre cómo administrar y mitigar el riesgo cibernético.

La calculadora muestra que las pérdidas resultantes del delito cibernético pueden variar ampliamente según la región, actividad e ingresos: desde un coste potencial estimado máximo de más de 840 millones de euros para una gran empresa de asistencia médica en el mercado estadounidense, a casi 4,5 millones de euros para un negocio del sector transporte de tamaño medio en Reino Unido, o 134.000 euros para una pequeña empresa manufacturera de un país de la UE.

El estudio ofrece una estimación de la pérdida financiera máxima que una organización como la analizada (es decir, de la misma industria, región e ingresos) podría sufrir en caso de incidente ciber durante el próximo año con un grado de confianza del 95%.

 

 

Además, la calculadora genera un desglose de la exposición cibernética a partir del análisis de cuatro posibles consecuencias derivadas de un siniestro cibernético: pérdidas financieras, interrupción de negocio, exposición de información personal, y gastos asociados al robo de recursos que aportan valor a una organización y no son de naturaleza física, como por ejemplo; licencias, derechos de autor, patentes, marcas registradas, etc.

Fuente: Revista Cloud Computing

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