Las televisiones inteligentes o smart tv, al contar con la capacidad de conectarse a internet, así como deofrecer servicios de entretenimiento, pueden contener ciertos elementos que hay que considerar antes de comprarlas, especialmente cuando la integridad de quienes las adquieren se pone en juego.
Tan sólo a finales de 2019, el Buró Federal de Investigaciones (FBI por sus siglas en inglés), subrayó que el hecho de que estas pantallas estén conectadas a la web pide, primordialmente, responsabilidad en su uso a fin de evitar que información, datos personales e incluso miembros de la familia queden expuestos.
También el Buró asegura que a medida que las pantallas inteligentes se convierten en casi la única opción de compra, en paralelo sus opciones de privacidad se esfuman, ello gracias a que estos dispositivos se encuentran equipados con cámaras, micrófonos e, incluso, con reconocimiento facial, que por lo regular cuentan con un sistema de seguridad o de protección muy pobre.
Lo anterior da pie a que ciberdelincuentes experimenten con diferentes posibilidades para vulnerar los enrutadores domésticos, oportunidad que podría desestimarse al pensar que no se cuenta con el dinero o la fama necesarias para ser el objeto del deseo de espionaje de alguien más. Sin embargo, el Buró señala que más allá de estar siendo escuchados o espiados por los fabricantes y/o desarrolladores de las aplicaciones, ello puede ser una enorme puerta abierta para que piratas informáticos entren a las casas de las personas.
En entrevista para CNN en Español, el especialista en Seguridad Informática, Luis Lubeck, apunta que la manera en que los hackers pueden invadir los sistemas y la privacidad de los usuarios, no es precisamente hackeo, sino justamente la responsabilidad de los usuarios que instalan este tipo de dispositivos, ya que comúnmente son dispositivos los que se instalan así como salen de fábrica sin tener en cuenta las normas básicas de seguridad o al menos la clave por defecto que traen estos dispositivos.
Lubeck comenta que lamentablemente hay servicios que se encuentran incluso en internet que ayudan a investigadores y, por ende, a quien sea que acceda a la red el saber quienes están conectados a la web y a través de qué dispositivos. Ello facilita los delitos cuando los dispositivos mantienen las claves por default o defecto, incluso a los dispositivos de seguridad que terminan siendo corrompidos por los criminales.
Por ello, lo principal es cambiar las claves por default, a fin de que el o los usuarios elijan las contraseñas, empleando el sistema de contraseñas robustas, es decir, claves que sean difíciles de detectar para un tercero y fáciles de recordar para el usuario. Puede ayudar el anotarla en un block de notas, guardarla en la cartera o en cualquier lugar que se pueda recordar y que no sea visible o de fácil acceso.
Los nombres de los hijos, la dirección o fechas de nacimiento son elementos muy falseables al momento de crear claves, por lo que pensar en accesos más complejos ayudará a proteger la seguridad de casa y la de sus habitantes.
Incluso Lubeck sugiere que para los sistemas que existe la doble autenticación, se ponga en práctica, a fin de que la seguridad de los equipos cuente con mejores candados. Sin embargo, más allá de cambiarle la clave a la cámara web a la que se esté conectando, hay que recordar que también hay que ponerle contraseñas robustas al router o wi fi que usamos, tanto para la conexión de internet, como para las administración de ese router.
Con ello se evita que delincuentes que se conecten al wi fi, vean el router de esa casa, los dispositivos que hay conectados, acceder a una cámara y, eventualmente, conectarse a otros dispositivos. Vulnerar toda la red de casa: tablets, computadoras de escritorio, laptop, móviles, etcétera.
Fuente: infobae.com