Ayer se cumplieron dos años del ataque cibernético más famoso de la historia. El ransomware WannaCry golpeó a cientos de empresas y a cientos de miles de equipos en más de 150 paísesen cuestión de horas. Rápidamente, los expertos de seguridad de todo el mundo se dieron cuenta de que el virus se estaba propagando a través de las redes utilizando el protocolo Windows SMB. La sospecha pronto cayó sobre un pack de herramientas de piratería altamente clasificadas desarrolladas por la Agencia de Seguridad Nacional de Estados Unidos (NSA, de sus siglas inglesas) y que semanas antes habían sido robadas y publicadas en Internet. La acción se atribuyó, aunque a día de hoy todavía no se sabe a ciencia cierta, a un grupo de Corea del Norte.
El ataque no ha pasado al olvido porque, entre otras cuestiones, aún sigue afectando a muchísimos sistemas de todo el mundo. Según publica TechCrunch, la cifra se acerca a 1,7 millones de dispositivos conectados en todo el mundo, la mayoría de ellos en Estados Unidos. Pero la estadística solo cuenta a los terminales que están conectados directamente a Internet, y no a los que están conectados a otros terminales, por lo que la cuantía puede ser significativamente mayor.
Además, el número no se queda estancado, sigue habiendo nuevas víctimas y objetivos, es decir, WannaCry sigue propagándose.
Fuente: computerworld.es