Humorísticamente, más de uno lo ha llamado héroe. Incluso han dicho que es un ejemplo para el resto de la humanidad. Que lo que logró fue hermoso, aunque durase poco. ¿Cuál fue su gran hazaña? Desactivar la cuenta de Twitter del presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, en su último día de trabajo.

A última hora del jueves, durante 11 épicos y muy divertidos minutos para todos aquellos que se sumaron a la fiesta con sus jocosos comentarios, el mundo no tuvo acceso a los tuits del controvertido mandatario. Según comunicó la red social en un primer tuit, la cuenta «fue desactivada sin querer debido a un error humano de un empleado», aunque anunciaban que había vuelto a ser restaurada.

Elucubraciones sobre un posible hackeo o una suspensión intencionada —que no podía ser— por vulnerar los términos de uso de la plataforma quedaban descartadas. A pesar de que Trump hubiese pedido pena de muerte para el terrorista de Nueva York solamente unas horas antes. La investigación, afirmaba Twitter, continuaba.

Casi tres horas después, las averiguaciones iniciadas tras el incidente daban con la realidad de lo sucedido. Un trabajador del soporte de la compañía, en su último día, había sido el responsable.

«Mediante nuestra investigación hemos sabido que esto fue hecho por un empleado de la atención al cliente durante su último día de trabajo», han explicado.

Fuente: Genbeta

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